Nací en esta ciudad. Me fui durante mi infancia y juventud. Volví con el siglo.
Uno no siempre decide dónde pone sus afectos.
Muchos de los míos están delimitados por una línea punteada en el mapa del país. La ciudad, la delegación, la colonia.
Y uno no siempre decide sobre qué escribir. A veces son los afectos, las pasiones, las obsesiones los que conducen la mano.
Hace un año ya tenía listo este libro para entregarlo a alguna editorial. Luego, se sacudió la tierra y me pareció que no podía ser de nadie porque debía ser de todos. Surgió la idea de ToposLIJ y consideré una enorme suerte que no hubiera apalabrado el libro con editorial alguna. Me pareció obligatorio obsequiarlo a la gente que vive y palpita las mismas calles que yo.
Debido a la enorme fortuna de que el libro, de cualquier modo, siguió un proceso editorial como cualquier otro (hay mucha gente extremadamente generosa detrás, los más notables: Valeria Gallo que ilustró, Alfredo Ruiz Islas que me ayudó a la revisión histórica, Libia Brenda Castro quien editó) no me causa aprensión echarlo al mundo. Aunque sólo sea en puñados de bytes.
Y ahí está. En www.toposlij.com/libros. Y en ningún otro lado. Mi pequeño homenaje a esta urbe que, como dice la dedicatoria, tantos queremos tanto.
Descárguenlo, léanlo, compártanlo. Sin pudor ni menoscabo. Que mientras nadie baje el switch de los servidores del mundo, ahí estará, para quien se le antoje mirar la ciudad a través de los ojos de estos niños que, aunque salieron de mi pluma, quiero creer que harán eco en el adoquín de nuestras calles… siempre y cuando –claro- alguien los lea.