2 de Abril (del año que sea)

Lo pensamos muy poco pero lo que se celebra el 2 de abril es una tremenda anomalía.
Estaría bien saber a quién se le ocurrió ese chiste de los libros para niños.
Los chiquillos han de colgarse de cabeza, rasparse las rodillas, domesticar anfibios, mojarse la cara con la lluvia, hartarse de golosinas, ponerse ropa que les queda grande, tenerle miedo a las inyecciones, escapar del baño siempre que se pueda, e irse a la cama sólo porque no hay de otra.
Eso de un niño sentado en una esquina, quieto, abstraído, en silencio, mirando un objeto que no se enchufa a ningún lado… como que no va.
¡Vaya error de la naturaleza!
Y, sin embargo, sí que va.
Porque ocurre. Y no necesariamente en una tarde lluviosa o en un viaje largo o porque hay que pasar el bimestre en Español.
Ocurre. Y a veces hasta a media fiesta o en plena vacación.
Uno voltea y ahí está, como una aurora boreal, un chamaco sentado en una esquina, quieto, abstraído, tensando los músculos y mordiéndose los labios porque el nombre de Harry Potter fue revelado por el cáliz de fuego, horror de horrores, ¡peligro mortal!
Estaría bien saber si fue Andersen o quién, el guapo que salió con el chiste.
Mira que bajar al niño del columpio para subirlo a un cohete. Mira que sacarlo del jardín para meterlo a una cueva llena de tesoros.
Mira que quitarle una pelota de las manos para ponerle una espada.
Estaría bien saber quién fue el guapo al que se le ocurrió tamaña equivocación.
Poder reclamarle en su carota.
Mira que hacer creer al chamaco que la niñez es interminable, que no se acaba ni con la piyama puesta, la luz apagada y la casa muda.
Mira que hacernoslo creer a nosotros, que a veces nos vemos, a nuestros años, haga usted el favor, quietos, abstraídos, en silencio, tensando los músculos y mordiéndonos los labios porque Harry va a participar en el Torneo de los tres magos, ¡oh letal infortunio, Harry, no lo hagas!
Estaría bien saber quién fue el chistosito.
Y así, este 2 de abril, en vez de celebrar, ponerle una demanda.
Mira que bajarnos del coche para treparnos a un dragón. Mira que arrancarnos del sofá para salir volando por la ventana. Mira que quitarnos la hoja de excel de los ojos para llenárnoslos de estrellas. ¡A nuestros años!
No hay derecho. En verdad que no hay derecho.
Pero igual…
Feliz 2 de abril (del año que sea), para todos ustedes… día de la más hermosa anomalía del mundo.

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