Cada libro de cada librero

Un libro es un milagro.

Pese a que se publican más de un millón de nuevos libros por año, un libro no deja de ser un prodigio de complicidades.

Detrás de cada ejemplar hay una persona que siente que tiene algo que decir y que, además, vale la pena compartir.

Y en ese ímpetu personal activa una maquinaria colaborativa que no para hasta que el libro se encuentra disponible para el mundo. Hasta que ese relato (esa crónica, ese ensayo, ese verso) se vuelve “público”. Al alcance de quien lo quiera.

Es entonces cuando aquellos detrás del milagro cruzan los dedos y encienden un cigarrillo.

Porque saben que en cualquier momento se cumplirá el propósito. Alguien, en algún lugar. Idealmente, un desconocido.

Y en el veredicto de su lectura cifran todas sus esperanzas.

El autor, más que ninguno. Porque se da cuenta, inobjetablemente, que él es el principio de esa cadena.

Y que el enorme milagro de un libro sólo se justifica si la idea que él concibió en la intimidad de su estudio encuentra cabida en el vasto mundo. En el momento en que un lector anónimo llega a la última página, satisfecho.

Este Día Internacional del Libro celebremos, más que al libro, a los que le dan sentido.

A todos aquellos que permiten, más que la existencia, la permanencia de cada ejemplar en cada librero.

Porque no es banal correr el riesgo de poner un pensamiento a disposición del gran público. Pero es gracias a los que, al cerrar las portadas de un volumen se atreven a decir en voz alta, en redes, a medio café: “me gustó”, que la maquinaria sigue andando, los implicados pueden apagar el cigarrillo. Y el milagro se sigue suscitando.

Gracias a ellos (gracias a ustedes) es que se siguen escuchando las voces de los que se han ido. Las voces de los que viven en el confín del mundo. Las voces de los que no tienen voz. No hay mayor prodigio que ese. Y aunque tiene la forma de un libro, en realidad es una niña, un señor, una abuela con la mirada puesta entre dos líneas, tendiendo un puente, abrazando una idea. Celebrando la imaginación.